Manifiesto


El último Seminario Internacional de Formación de Traductores del Instituto Francés de América Latina (IFAL) se desarrolló a fines de noviembre de 2014 en Ciudad de México. Desde 2004, Arturo Vázquez Barrón, junto con su equipo de docentes, había sostenido en el IFAL una praxis traductora y una discusión que partían de una comprensión política de la literatura traducida: el seminario reunía cada año a 15 traductores literarios de toda América Latina y de España, y tanto la disposición crítica allí presente como las preguntas planteadas conducían a hacer dialogar los diferentes españoles, interpelando jerarquías y variedades más prestigiadas por los distintos poderes, lo que permitía construir respuestas colectivas ante la norma, la institución literaria, sus academias correspondientes y, lo más importante, ante aquello que traducimos los traductores de habla española. En la última edición de ese seminario surgió un colectivo traductor que produjo un manifiesto sobre la literatura traducida que se tituló «Manifiesto por una traducción transhispánica» (2016), firmado por catorce traductores de diez países.

Manifiesto por una traducción transhispánica


Para Arturo Vázquez Barrón,
corazón de este romance


En resistencia contra el «español neutro» y la traducción abstracta, apostamos por una traducción al español encarnada, marcada y que refleje la enorme diversidad de contextos lingüísticos que tiene el español. Dichos contextos no se reducen a las variantes entendidas como nacionales, sino que se aglomeran en torno a regiones, latitudes, geodésicas, sierras, costas, centros urbanos, archipiélagos, cordilleras. Nuestros españoles han de sumar, no restar.

Solo a los mercados les interesa que nos echemos en cara nuestras palabras, para acabar arrebatándonoslas. Si hemos podido leer a José María Arguedas, Cristina Peri Rossi, Juan Rulfo, Jorge Icaza, Ramón del Valle Inclán, Nicolás Guillén, somos capaces de leer literatura traducida. Si las fronteras nacionales se han probado insuficientes para pensar en los universos literarios, son también límites que la traducción al español rebasa por definición y por principio. Por eso, esta propuesta es reivindicativa y de resistencia contra los mercados, la homogenización del español y el poder que ejercen ciertas instituciones hegemónicas sobre la lengua.

Traducimos con Witold Gombrowicz, con el Ferdydurke de Virgilio Piñera, con la extrañeza de César Moro, con los itinerarios de Sylvia Baron Supervielle. Traducimos para encontrarnos con el otro, no para distanciarnos de él. Traducimos para pensar qué significa hablar con el otro aun cuando traducimos dentro de nuestra propia lengua.

Al modo de la Bildung alemana, proponemos traducciones Bildung, que, a la maniera de los Bildungsromane, sean traducciones de formación, traducciones con una intención muy clara que revierta a favor de los traductores y los lectores, que sirvan para ampliar horizontes y no estrecharlos. Si en otra época se volvían a traducir obras al latín para conferirles prestigio, hagamos nuestros los clásicos contemporáneos y démosles forma transhispánica.

A fin de poner en marcha nuestro ethos traductor, proponemos traducir transhispánicamente. La polifonía es nuestro leitmotiv.

Die reine Sprache, en nuestro buen romance patafísico, es la pura lengua sudaca, con todas sus capas, variantes, sus pliegues y sonoridades.

Si algo somos además de románticos es modernos, y no creemos en la muerte de los manifiestos.

Apostamos por introducir una política de traducción que marque la diversidad del español con la presencia de nuestras coordenadas particulares, sean urbanas, insulares, montañesas, costeras o fronterizas. Esto constituye nuestro aporte a fin de crear huella en la cultura editorial. Afirmamos nuestra presencia en la escritura que acompaña a la traducción como son los prólogos, las solapas, los pliegues del mundo del libro en donde quienes traducen han sido invisibles. Hoy, aparecemos en esos espacios.

Exaltamos la diferencia pero también la similitud de nuestros españoles. Buscamos mostrar al traductor y reivindicar su ADN. El translator’s cut también es una mirada. Afirmamos desde nuestros lugares de enunciación individuales, regionales, nacionales: «Esta lengua es mía».

Nuestro posicionamiento es colectivo y diverso. Somos un colectivo en romance.


Cristina Burneo Salazar, Ecuador
Julia Osuna Aguilar, España
Alba-Marina Escalón, Guatemala
Teresa Leyva, Honduras
Nicolás Gómez, Argentina
Ariel Shalom, Argentina
César Maurel, Costa Rica
Mateo Cardona, Colombia
Lil Sclavo, Uruguay
Jesús Jean Martínez Mogrovejo, Perú-Francia
Iván Salinas, México-París
Rafael Segovia, México
Eduardo Uribe, México
Roberto Rueda Monreal, México


alitral retoma el manifiesto y suscribe sus planteamientos desde el crisol asociativo que da pleno sentido a su lucha por el reconocimiento del traductor como autor, con una identidad cultural y lingüística concreta.

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