La Industria del Libro será muy industria, pero el Lenguaje y la Palabra, aquello de lo que se hacen los libros, responden a y son patrimonio de, ante todo, las personas; una, dos, mil, todas, ninguna de las cuales es apenas un engrane y sí, en cambio, una entidad maravillosa, por naturaleza y no artificialidad, en su totalidad.
Las organizaciones profesionales integrantes de la Alianza Iberoamericana para la Promoción de la Traducción Literaria exigimos:
- El reconocimiento al trabajo y las relaciones humanas como generadores de riqueza intelectual, emocional y económica;
- La defensa de la calidad de obras autorales producidas por equipos humanos, trabajadores de carne y hueso conocedores de sus campos;
- La transparencia respecto al uso de datos, cesión de derechos de obras autorales con la autorización, el reconocimiento y la remuneración consecuentes;
- La solidaridad entre distintos colectivos profesionales, conscientes de que los derechos y espacios de trabajo perdidos al interior de una profesión generarán siempre reverberaciones y sentarán precedente para la pérdida de otros derechos y espacios, aunque en apariencia no guarden relación con los primeros.
Por lo anterior, expresamos nuestra preocupación ante el anuncio de Kindle Translate (de Amazon), servicio de la llamada traducción automática a distintos idiomas para obras autopublicadas en su plataforma KDP, toda vez que amenaza aquello que apoyamos.
Denunciamos, además, el paradigma central en torno al desarrollo de la llamada inteligencia artificial generativa, es decir, su surgimiento, avance y uso para la generación de riqueza económica sustentado, en su génesis, en el robo, la opacidad y la manipulación (de datos, obras, derechos autorales, gente), "pecado original" cuyas consecuencias negativas sobre la vida de las personas, imposibilita hablar de usos 100 % éticos o responsables.
Difícilmente hay irresponsabilidad mayor que llevarse por delante los recursos naturales, la tranquilidad y el tejido social de comunidades enteras, a cambio de poder enfriar los servidores de "la maquinita" que, supuestamente, permite que los mensajes lleguen más lejos y a más personas, si esas personas no tendremos mundo en el cual sobrevivir.
ARGUMENTOS GENERALES QUE CIMIENTAN NUESTRO POSICIONAMIENTO
Sobre la calidad de la obras
La traducción de obras, producto del pensamiento humano original, con herramientas de IA produce versiones planas y robóticas que, más que acercar al público, lo aliena.
La producción de obras sin riqueza lingüística, estilística o de contenido está generando un desierto creativo, carente de diversidad; diversidad que, en distintos ámbitos de la sociedad, se ha buscado destacar, promover y proteger en las últimas décadas. Además, se crean sesgos —por ejemplo, de género— peligrosos.
La responsabilidad por la calidad del libro, y ahora, de su versión en traducción, recae completamente en el autor, lo que afecta la calidad del resultado y, por lo tanto, presenta el riesgo de no reportar beneficios económicos.
Si el autor no domina la lengua de destino, ¿cómo podrá controlar la revisión del texto final? De nuevo, se alza el riesgo de la mala calidad de la traducción y, con ello, el daño a la reputación del autor.
¿Vale la pena traducir la obra si en la lengua de origen no tiene buena recepción/ventas? ¿O si, incluso teniéndolas, no cuenta con el apoyo de un equipo editorial y se dirige a un mercado y un(os) público(s) que le es/son desconocidos?
Los distintos mercados y públicos funcionan de formas distintas; los traductores y, en general, el equipo editorial, son agentes culturales que muchas veces abren brechas y crean interés sobre las obras, para que éstas verdaderamente trasciendan fronteras.
Sobre el beneficio económico y la opacidad en torno al uso de datos
Si la traducción no es buena y no hay ventas, no habrá beneficio para el autor y, en cambio, sí existe el riesgo de:
a) que Amazon obtenga beneficios mediante el uso, tanto de la obra primigenia como de la traducción, para el entrenamiento del propio sistema Kindle Translate —muy posiblemente sin reconocimiento o remuneración alguna para los autores;
b) Amazon, al tener métricas de lo que vende más y los datos de dichos textos en su haber, desplace a los autores humanos para potenciar la generación automática de sus "propias obras".
c) como ya pasó durante el boom inicial de la IAG, cuando Amazon tuvo que limitar a tres el número de libros publicados al día por autor, la plataforma corre el riesgo de quedar saturada de traducciones de mala calidad. Esto, de nuevo, repercutirá en las ventas y en la posibilidad de que las obras autopublicadas despeguen y obtengan reconocimiento entre los lectores.
No se valora aquello que, aparentemente, no reporta beneficios económicos o no los reporta de inmediato.
Sobre las implicaciones económicas, sociales y éticas
Oponerse a la pérdida de empleos no es "lloriquear" por lo propio; es luchar por garantizar que el valor del trabajo humano, de la vida, la creatividad y la diversidad humanas, prevalezcan sobre el más puro rendimiento económico. De otra forma, todos nos veremos cada vez más expuestos a ser prescindibles y ser los próximos cuyos medios de subsistencia se vean afectados.
La mentalidad de la extracción, el enriquecimiento sin miramientos y el posterior desecho de lo/de quien alguna vez fue útil, ha demostrado generar, nutrir y/o fomentar conflictos y disparidades sociopolíticos.
Para una reflexión más profunda, ver el artículo "La canibalización del mercado en el ámbito digital", escrito por Jorge Corrales, director de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos).